¿Estás por irte a vivir solo? ¡Qué padre! ¡Qué felicidad! ¡Hurrah independencia! pequeño detalle: cualquier independencia empieza por la financiera, finalmente no podemos decir que “nos mandamos solos” si tenemos que pedirle dinero a alguien hasta para el metro. Como nadie quiere que eso te haga ir de retache a casa de tus papás, acá algunos puntos antes de irte a tu propio espacio:
– Acostúmbrate a hacer presupuesto DESDE ANTES DE IRTE A VIVIR SOLO. Mucha gente se pasa todo el tiempo de la estancia en casa de sus papás sin tener la más remota idea en qué se gasta el dinero. Si no tienes que pagar cuentas, chance eso sea un poco menos grave pero si sí ¿cómo sabes si te alcanzará o a qué gastos le tienes que bajar? Aunque sea un plan a mediano plazo, empieza por registrar tus gastos. Acá apps para registrar gastos y hacer presupuestos (lean los comentarios, traen tips y opiniones útiles de los usuarios).
– Empieza a echarle al fondo de emergencias. Cuando vivimos en casa de nuestros papás a veces no nos damos cuenta de que las tuberías se rompen y hay que llamar al plomero, que las mascotas hacen destrozos, que reparar las goteras cuestan o que algunos electrodomésticos se pueden echar a perder. Para todo eso hay que tener un guardado. – Revisa que tengas tus seguros y tengas los tickets o facturas para las garantías. Esto aplica también para las cosas que compres (volvemos al punto de que truene el refri, si es que no es departamento amueblado).
– Automatiza los pagos. La mayoría de los servicios ya se pueden pagar en línea y algunos bancos hasta te dan reembolsos o hay promociones si los domicilias. Si sigues en el neolítico y no has sacado tu token para la banca por internet, ve pidiéndolo en sucursal y familiarízate. Programar pagos en línea o domiciliarlos te puede ahorrar muchos recargos y colas. Además, acuérdate que el pago de algunos servicios también se registra en Buró de Crédito. – Haz con más tiempo los trámites. Normalmente dejamos lo de la tenencia, verificación, agua, predial, etc, para el último día y casi seguro que por la Ley de Murphy en todo su esplendor ese dí tu tarjeta esté bloqueada por unos pagos sospechosos o la tienes topada y no puedes aprovechar los meses sin intereses, te tocó un trafical y no puedes llegar, se te barrió poner la alarma…
«La independencia es la prueba más grande de la madurez»
Ariadna Cortez
Para el tema del departamento/casa en sí: – No te aloques con la renta. Sí, a todos nos gustaría para nuestra primera casa independiente un penthouse como de yuppie ochenteno -como diría Roberto Morán-, pero esto te puede apretar al grado de que ya no tengas dinero para salir, para planes a mediano plazo, comprar casa más adelante o hasta para emergencias. Más vale ser realista en esto que acabar con los tiliches en la calle. Aunque no hay una medida estándar de cuánto deberías gastar en renta, creo que lo lógico es no sobre-pasar el procentaje de deudas: 30% de tus ingresos. Vivir con menos de 70% está cañón o ¿aguantarías un recorte de salario de ese tamaño? – Calcula tus nuevos gastos como transporte. Muchas de tus rutinas cambiarán y si el camino a la chamba es una de ellas, checa cómo impacta. En muchos casos hasta ahorran, porque se mudan cerca de su trabajo, pero por si no, ojo con eso. – Ve ahorrando para el depósito. Te pueden pedir entre 1 y 3 meses de renta, dependiendo del inquilino y ojo con los desperfectos, porque si hay o no avisas a tiempo, no te lo regresan. – Aval y buró de crédito. Estos son de los más peliagudos porque en estos tiempos casi nadie quiere ser aval -y no es de extrañarse- , además de que para serlo tienen que tener una propiedad escriturada a su nombre. Algunos caseros cambian este requisito por un mayor depósito o pagarés firmados. – Checa si en el depa donde vas a rentar hay adeudos de mantenimiento, luz, agua, teléfono, etcétera… a un primo de un amigo -literal- le pasó que estaba súper feliz estrenando depa y ¡tómala que al mes se tuvo que ir a bañar por dos semanas a casa de sus papás porque el inquilino debía 200 mil pesos de agua y se la cortaron! Puedes pedir los adeudos en las dependencias o pedir los comprobantes de pago. Los de algunos meses se tardan en llegar, por lo que es mejor si puedes cubrirte respecto a esto desde el contrato. –Analiza comprar un seguro de casa habitación. Aunque en México no es requisito, en muchos países sí te lo piden para rentar y la verdad es que no es mala idea porque te protegen contra daños y robo de contenidos (muuuuy importante si es departamento amueblado), incendio, fugas de agua, rotura de cristales, sismo, daños que tu mascota le cause a terceros o incluso si tienes hijos tremenditos y accidentalmente le rompe algo al vecino, también aplica.
– Tómate la amueblada con calma y no te sobre-endeudes. Roma no se hizo en un día, ni en ese tiempo se amuebla un departamento. Muchos quieren comprar pantalla plana, sala, consola, centro de lavado, maxi recámara y adornos en cuanto llegan. La idea no es que te quedes en una versión maxi de tu cuarto de adolescentes y tu sillón sea el desvencijado que le volaste a la Tía Cuca, pero tampoco que te aloques y te super endeudes por querer amueblar, equipar y decorar todo en un mes. Haz un plan de prioridades de compra, checa bien qué conviene meter a meses sin intereses y qué mejor ir ahorrando, vigila precios de las cosas que quieras, para que si hay una oferta puedas comprarlo más barato (recordando la máxima de ahorro o gasto con descuento). Me han tocado muchos casos de gente que compra todo y si es freelance tiene un periodo que le bajan los clientes o pierde la chamba y tiene que rematar las cosas y se queda con deudas. Mejor irse paso a paso. – Acepta donativos. Ok, puede que no quieras el taburete de la abuela, pero si tu primo tiene una vajilla que no usa o tus papás te quieren dar los sartenes o tu mejor amigo le dieron dos licuadoras en la boda, pues !bienvenidas! Me tocó un cuate que cuando hizo su inauguración u “open house” puso una lista de cosas no demasiado caras -pero que en suma ya es una lana- en la invitación del evento en Facebook. Me hizo gracia y yo le llevé una cubeta, pero había tenedores, floreros, trapos de cocina, jergas, trapeador, etcétera. Como verás sí cuesta irse a vivir solo, pero es más tema de organización y planeación que otra cosa. Si ahorita echaste números y no te alcanza, ponte una meta de tiempo y empieza a ahorrarle. Espero que disfrutes tu nuevo “Hogar, dulce hogar”.